domingo, 22 de febrero de 2009

Mi pasaje favorito: Un Mundo Feliz

Este es sin duda mi pasaje favorito de "Un mundo Feliz". EL diálogo es brillante, en particular estas intervenciones:

-Pero las lágrimas son necesarias. ¿No recuerda lo que dice Otelo? Si después de cada tormenta vienen tales calmas, ojalá los vientos soplen hasta despertar a la muerte. Hay una historia, que uno de los ancianos indios solía contarnos, acerca de la Doncella de Mátsaki. Los jóvenes que aspiraban a casarse con ella tenían que pasarse una mañana cavando en su huerto. Parecía fácil; pero en aquel huerto había moscas y mosquitos mágicos. La mayoría de los jóvenes, simplemente, no podían resistir las picaduras y el escozor. Pero el que logró soportar la prueba, se casó con la muchacha.

-Muy hermoso. Pero en los países civilizados -dijo el Interventor- se puede conseguir a las muchachas sin tener que cavar para ellas; y no hay moscas ni mosquitos que le piquen a uno. Hace siglos que nos libramos de ellos.

El Salvaje asintió, ceñudo.

-Se libraron de ellos. Sí, muy propio de ustedes. Librarse de todo lo desagradable en lugar de aprender a soportarlo. Si es más noble soportar en el alma las pedradas o las flechas de la mala fortuna, o bien alzarse en armas contra un piélago de pesares y acabar con ellos enfrentándose a los mismos ... Pero ustedes no hacen ni una cosa ni otra. Ni soportan ni resisten. Se limitan a abolir las pedradas y las flechas. Es demasiado fácil.

.....

Y es que la felicidad no consiste en librarse de lo desagradable. Si nos libramos de todo aquello que nos supone un reto, eliminamos automáticamente también el esfuerzo, la superación, la satisfacción... Acabamos consiguiendo cosas que no valoramos pues no hemos tenido que hacer nada para que lleguen a nuestro poder.

Quizás la conclusión pueda resultar desagradable, pero yo la enfoco de una manera muy positiva.
El dolor es necesario para ser feliz. Lo cual nos relaciona el sufrimiento y el bienestar como opuestos adheridos. Y sinceramente, me es agradable saber que cuando se sufre, también se da un paso hacia la felicidad.

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