domingo, 17 de febrero de 2008

Eduardo Manostijeras

El otro día volví a ver esta maravillosa película y recordé porqué me encanta Tim Burton.
La imaginación de este señor no tiene límites, al igual que su capacidad de crear personajes entrañables e inolvidables.

El eterno mito de la bella y la bestia, el amor imposible pero infinitamente verdadero y bello hace de esta cinta un alegato a favor de su director.
Por supuesto, nadie mejor que el señor Depp para interpretar semejante personaje.
En la profundidad de sus ojos negros, inquietos, y su expresión tímida encontramos un ser bondadoso, amante de la belleza, creativo y fiel. Alguien, del que yo misma caería rendida a sus pies. Ajeno a la corrupción diaria, con una ténue inocencia y un tacto halagador...

Es en personas como esas en las que te inspiras para creer que todo es posible, que luchar por lo justo merece la pena, y que ante el desolador panorama actual aún existen pequeños haces de luz embriagados de esperanza.