lunes, 22 de febrero de 2010

Sumisa de pensamientos


Atada por la racionalidad, liberada de la insensatez y eclipsada por la locura.

Veamos si la Constancia da tan buenos resultados como la Razón.


Me he embarcado en el proyecto personal de reconfigurar aspectos personales. 

Matices, quizá trazos...



El Amor Caducado Huele Mal

Estoy harta del idealismo de boquilla, de los soñadores de plástico, de las utopías de escaparate...
Estoy harta de que Amelie sea tipo predeterminado en vez de entidad genuina...
Estoy harta de las palabras sobadas, de los conceptos de reventa social...

La gente se llama a sí misma idealista cuando en realidad son realistas. Cuando para ellos el fenómeno y noúmeno son lo mismo y lo único sensible a su consciencia es un abuso de subjetividad mal aplicada que guía cualquier directriz de comportamiento o juicio a los demás.

Sin hablar de la utopía, que lo más utópico que tiene es el número de personas que /con golpecitos en el pecho/ se la asignan pensando que les hace más chic cuando en realidad los releva a chof.

Me hace muchísima gracia cuando la gente pretende ser lo que no es, y se coloca un perfil (como el que asigna códigos de barra a los productos del carrefour) que teóricamente los define pero que no se asemeja ni de lejos a la realidad.

Creo que es porque lo especial está de moda. Lo happy-happy, las sonrisas de lata, los sueños embotellados y tantos otros conceptos que como poco me dan nauseas.

A ver, diferentes somos todos, especiales sólo algunos. Obviamente los elegidos varían con la percepción del observador y dudo mucho que algún día nos pongamos de acuerdo en la cuestión de la razón. Si es que ya lo decía Kant en su crítica a la razón pura, el buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno piensa estar bien provisto de él...

Si ya en esta ecuación metemos el amor hellokittyriano (más cursi imposible) el resultado es cuanto menos escalofriante.
Porque en nuestro mundo los románticos no son los que se enamoran con chopin sino los que regalan rosas y colonias de Dior a la luz de las velas de channel.
Pues qué queréis que os diga, prefiero las del ikea que encima de ser baratas huelen bien.

De modo que si ser soñador se basa en fantasear con no pagar hipoteca y lo romántico gira en torno al rosa cursi, ni quiero príncipes azul pastel ni utopías de 30 euros.

Colgaré el hábito de los términos manidos y me centraré en la trascendencia del ser.
El existencialismo, la existencia como incertidumbre, problematicidad, riesgo, decisión y empuje hacia delante.

Sí, en algo que crepúsculo no pueda fácilmente desvirtuar (...)

El Mundo de las Ideas

 A medida que profundizo en el pensamiento platónico más me doy cuenta de todo lo que comparto con él.
Si bien hace poco yo defendía a capa y espada la existencia de unos derechos/valores fundamentales cuya procedencia distaba de las leyes jurídicas y jurisprudencias mundiales, hoy me doy cuenta de que me refería sin saberlo al Mundo de las Ideas.

Platón creía en la existencia de dos tipos de realidad o tipos de mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible (o mundo de las Ideas). El Mundo Sensible es el conjunto de cosas perceptibles por los sentidos, cosas materiales, temporales y espaciales. Por su parte, el Mundo Inteligible consta de realidades universales; es el mundo de las Ideas . Las Ideas no están sometidas a cambio, son eternas, invisibles, no materiales, atemporales y aespaciales. Se conocen por la razón. Es la auténtica realidad. Las Ideas no son conceptos o sucesos psíquicos, algo que exista en la mente; son entidades extramentales, con entidad objetiva e independiente del hombre.

Esta dualidad de lo perceptible y lo esencial siempre ha llamado mi atención.
Siempre he creído que hay todo un mundo detrás de los sentidos, de nuestra percepción personal. Aquella afirmación que le fue revelada al Principito ha sido subscrita mil veces por mi pensamiento, y a día de hoy sigo convencida de que lo Esencial es invisible a los ojos.

En esta huida desesperada de la caverna por la conquista de la liberación y el seguimiento de la cruzada del conocimiento, me topé con Kant.
Y sus fenómenos y noúmenos.
Este hombre, idealista trascendental, tiene mucho de interés. A resaltar su Imperativo Categórico (concepto que requiere un tiempo de explicación del que voy a prescindir, simplemente dejaré sus formulaciones sobre el mismo):

1. "Obra sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal."
2. "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio”.
* 3. "Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines".


Pero realmente a mi me interesaba mucho más la parte de los fenómenos.
Kant diferencia entre fenómeno (hechos que percibimos) y noúmeno (lo que es realmente, su esencia), y de aquí surgió una corriente de la filosofía conocida como Fenomenología. (que estudia los fenómenos lanzados a la conciencia, es decir, las esencias de las cosas).

Podría hablar horas y horas sobre todos los pensamientos que se agolpan en mi cabeza al leer e indagar sobre este maravilloso mundo.
Aún me encuentro en el principio, a la salida de la cueva, o quizás tratando de ver realidades necesarias donde sólo hay contingentes, pero es un camino apasionante que me apetece recorrer.

No sé a dónde me llevará el mundo de las Ideas, o si encontraré algún día la esencia de las cosas, pero al menos viviré con la certeza de que la búsqueda es el camino para hallar el fin.

domingo, 21 de febrero de 2010

Cuento de hadas



Y al caer la noche, la princesa salió a su balcón en busca de una nueva estrella.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La Naranja Mecánica

Hablar de La Naranja Mecánica sin hablar de Malcolm McDowell sería como concebir Parque Jurásico sin dinosaurios.
Si hay algo que le dé valor a esta película es la genial interpretación y lo logrado que está el personaje de Alex DeLarge.
Los espectadores nos dejamos manipular por él, un psicópata depravado capaz de cometer todo tipo de crímenes que endulza cada uno de sus pasos con una avispada ironía.

De esta cinta podemos sacar importantes reflexiones, la primera y más global sobre la ultraviolencia. Sobre una sociedad que cada vez va a más y cuya sed de sangre es insaciable.
La segunda sobre el boomeran que es la vida, que todo te lo devuelve. Vemos como Alex, al "rehabilitarse" se topa con toda la gente que ha maltratado y estas personas le devuelven con creces el sufrimiento que el mismo provocó.
Lo cual nos conduce a pensar ¿es el ojo por ojo lo único que sacia nuestro dolor?
Por otra parte tenemos al Estado. Con aparentes buenas ideas que siempre están tras la sombra de votos e intereses políticos; convirtiendo a sus ciudadanos en robots sin libre albedrío. ¿Es realmente una solución la que proponen con Alex?
¿Quitar la capacidad de decidir para evitar un mal mayor?
Todos estos conceptos envueltos en una estética psicodélica hacen de la naranja mecánica una obra de arte stanley-kubrickiense. Una película que desborda una genialidad perturbadora, combinando las escenas más desagradables con la música más celestial. Una dualidad casi insoportable que nos lleva a pensar sobre los límites del mal.
¿Cómo a alguien que le causa placer el dolor puede amar a Ludwig van?

Una verdadera pena el maltrato que sufrió esta película con la censura y las numerosas críticas que se llevó Kubrick, defendido a capa y espada por Anthony Burgess (escritor de la novela en la que se basa la obra). Seguramente porque sus detractores, empachados de violencia, sexo y brutalidad no supieron digerir los juicios y reflexiones morales que el director plasma sobre los gobiernos totalitaristas, un futuro pesimista (e inminente) o la verdadera naturaleza del ser humano.

Para todos aquellos que sabéis mirar más allá del envoltorio, una vez más, un placer recomendárosla.

"Ahí estaba yo y mis tres drugos, Pete, Georgie y Dim. Estábamos en el Dorova Milk Bar. En el Dorova Milk Bar servían leche plus: leche con venloceta, o con drencromina, que era lo que estábamos tomando. Aquello nos agudizaba los sentidos, y nos dejaba listos para una nueva sesión de ultraviolencia..." Alex DeLarge

lunes, 15 de febrero de 2010

Explorando nuevas tierras

Es raro escribir aquí... supongo que aún he de habituarme a tantas ovejillas y oscuridad.
Es curioso pero no sabría decir si esta plantilla me inspira tranquilidad o pesadillas... es todo tan pintoresco!
Lo peor es que he gastado como una hora en elegirla y no es que me convenza, pero es que lo demás estaba demasiado usado.
Así que mientras encuentro algún otro tema con el que me sienta más cómoda dejaré este.

Por cierto, no me he presentado pero... ya nos iremos conociendo...

jueves, 11 de febrero de 2010

Pulp - maravillosa - Fiction

"¿Por qué crees que es necesario decir gilipolleces para sentirnos cómodos?"

Ayer volví a ver esta cinta, donde Tarantino y yo nos reconciliamos eternamente. Nunca he sido gran fan de este hombre, porque vende (por lo general) lo que yo denomino "excentricidades gratuitas", sí, las envuelve y te las mete en un pack que sus seguidores, más frikis aún que él, llaman "pelis de culto"...

Pero en Pulp Fiction todo cambia. Aquí el tiempo adquiere una nueva dimensión y sus excentricidades se convierten en diálogos geniales, personajes míticos y escenas irrepetibles en la historia del cine.
Cada cual tan personal como único, desde Vincent Vega ("Me voy a mi casa a tener un ataque al corazón" ), Jules Winnfield ("mi cartera es esa que pone hijo de puta peligroso"), Marsellus Wallace ("No estoy bien, estoy a mil jodidas millas de estar bien" ) hasta El señor Lobo ("Soy el sr.Lobo, soluciono problemas") , Mia, Butch...
A cuál mejor.

Su argumento, estructurado por piezas que encajan milimétricamente a la perfección define esta obra como sarcástica, divertida, cínica, extravagante, retorcida, sincera, irrespetuosa y genial.

Nos habla de las relaciones entre matones y mafiosos entremezcladas con muchas reflexiones encubiertas sobre drogas, fast food, sexo, violencia, televisión, iconos del cine, incluso religión ("y tú sabrás que mi nombre es Yavé, cuando mi venganza caiga sobre ti" ).

Tiene tantos detalles que es imposible captarlos todos, pero lo que sí podemos deducir es que cada uno de ellos no está al azar sino que tiene una evidente intención.
Desde cuando el chico dispara a Vincent y Jules sin darles ni una sola vez (como en los clásicos del cine donde los malos nunca aciertan) hasta cuando en el accidente de Butch, Wallace acaba disparando a una mujer inocente (esta escena, incluso cómica, nos recuerda a la vida diaria de los americanos, en cuyos telediarios no faltan casos de victimas inocentes envueltas en tiroteos en plena calle...)

Está tan calculado todo, que hasta da miedo. Pero Tarantino es así, condenadamente escrupuloso en sus creaciones. Y por ésta en concreto, yo personalmente se lo agradezco.

A ver si este genio resucita de su letargo, y nos regala algo no ya mejor, pero al menos sí a la altura de esta Pulp --maravillosa-- Fiction.

"No es el mismo juego; tampoco es la misma liga; ni siquiera es el mismo puto deporte"

miércoles, 3 de febrero de 2010

Final Hope 1x04

Aquella lágrima arrancó toda su piel.
Sus venas se secaron dejando un vacío doloroso e irreemplazable.
La verdad se tornaba tan triste como imprevisible y ya no había nada de entro de él.
Su alma se fugó en un intento fallido de cordura y le abandonó a corazón abierto mientras buscaba su otra mitad.