sábado, 7 de junio de 2008

Esa bonita paradoja

Música: You can´t always get what you want - The Rolling Stones

Quizás la vida sea una mierda a veces.
Pero es de esa clase de mierda que nunca llega a apestar. Digamos que a pesar de estar jodidos siempre hay una luz al final del túnel. Y no lo digo yo, la reina del optimismo, sino una verdad que está por encima de todos nosotros.
Hace un calor horrible, y a pesar de los 30 eurazos que he empleado esta mañana en un sistema de refrigeración para mi portátil, este sigue desprendiendo el mismo calor.
Y calor sevillano + calor portatilense= más calor.
No por dios, más ecuaciones no. Ni más recurrencia, ni lisp, ni B-Spline.. ni polinomios de tercer grado. Sólo quiero estar tranquila y disfrutar un poquito de todas esas cosas gratificantes que nos da la vida. Ya sea comer helados en casa, o escribir a las tantas enfundada en mi pijama veraniego de Snoopy recordando noches que nunca existieron. Qué cosas tiene la vida ¿eh?
Pero a pesar de todas las barbaridades que a veces decimos de ella, siempre nos acabamos encontrando atados a la misma por un vinculo de pasión. Y es que no podemos evitarlo, la amamos. Amamos todas las jodidas cosas que nos pasan y nos hacen reflexionar, llorar y hasta reírnos por no llorar. Si realmente Dios está ahí arriba, debe disfrutar muchísimo con el reality de nuestras vidas.
Deberíamos tomar ejemplo de él y reírnos de todas esas catástrofes que nos ocurren. Total, las importantes van a seguir sucediendo así que... ¿por qué no tomarnos las demás un poco menos a pecho?
El crecer y madurar está supeditado a pasar por momentos de frustración, dudas y agobios. Tomar decisiones es algo constante desde que nacemos, desde que eliges colorear el dibujo con ceras y no con rotuladores, hasta cuando te ves eligiendo alianzas en un escaparate de una cara joyería.
Llega un punto en el que todo se embala y necesitas frenar para ver con perspectiva. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿qué hace esta foto de Mulder en mi cartera? ¿en qué estaba pensando cuándo me matricule de dac? ¿qué hago hablando con el psicópata de clase? ¿por qué no sonreí ayer?
Y de pronto, nada tiene sentido. Pero si lo pensamos bien, es doblemente divertido.
Nos sorprendemos a nosotros mismos en situaciones en las que nunca nos hubiéramos imaginado. Algunas realmente sorprendentes, otras simplemente extravagantes.
Y luego te das cuenta de que todas esas cosas que aparentemente no tienen sentido, son las únicas que dan sentido a tu vida.
¿Qué paradoja, no?
Imprevisible, arriesgada, dolorosa, intensa, divertida... así es la vida.
Y que os voy a decir, a mi me encanta vivirla!