miércoles, 30 de septiembre de 2009

La Cocina


Definitivamente la cocina y yo no estamos hechas la una para la otra.

Si bien he tenido que acostumbrarme a mi ya gran especialidad de croquetas carbonizadas, y mis amigos aún recuerdan el memorable día en que ideé un nuevo tipo de huevos fritos (…), ahora voy tranquilamente a sacar unas salchichas del frigorífico y cuál es mi asombro al descubrir que se han quedado pegadas a la pared frontal de la nevera. Sí, con envase y todo.
Me recojo el pelo en modo de concentración y tiro de ellas con toda mi fuerza. Al instante oigo un “chup!” y me veo sentada en el suelo de la cocina con un paquete de salchichas congeladas en la mano. Mi cena…
Las palpo aún con incredulidad e hinco mis uñas sobre una de ellas. Se desquebraja.

Bien… salchichas 1, Diana 0…

Me levanto de nuevo y miro desafiante al frigorífico (se supone que los electrodomésticos están para facilitarnos la vida no para reírse de nosotros… ¬¬), así que a modo de castigo le bajo la potencia de refrigeración al mínimo. (Ahora entiendo por qué mi helado de turrón se transformó en roca de turrón…).

Respiro hondo y pienso en cosas bonitas.

No funciona, esta mañana me he levantado con un dolor de cabeza indescriptible y mi mala leche crece en función exponencial…

Voy al salón y me topo con mis apuntes colapsando toda la mesa. Me miran como si quedaran 10 segundos para la explosión de una bomba nuclear y sentarme delante de ellos fuera la única posibilidad de salvar el mundo.

Les digo que me esperen un rato que necesito una ducha para despejarme.

Entro en el baño y aunque está limpio empiezo a pensar en que podría dejarlo más reluciente aún (estas ansias de hacendosismo me entran cada vez que tengo que sentarme a desconectar bombas en operaciones de vida o muerte…). Me quito la ropa y las ideas de perder un poco más el tiempo.

Bien –pienso- ya debe quedar menos para la descarga del episodio de Lost…

PD. La imagen pertenece a una de mis especialidades culinarias. xD

lunes, 28 de septiembre de 2009

Fear Vs Hope

 Es muy fácil aparentar modernidad. Es muy sencillo ver a un icono social decir bellas palabras y salir de casa para votarle.
Pero eso no nos convierte en modernos.
En cuanto Obama ha tenido algo de libertad se ha metido de lleno en su lucha contra el sistema de sanidad americano ; ese que dice que si no tienes dinero para pagar a un médico entonces no tienes derecho a él. ¿Y qué ha pasado con la moderna sociedad americana que elige a un negro como presidente de los Estados Unidos?
Que está (como diría Almodóvar) al borde de un ataque de nervios.

En USA hay casi 50 millones de personas sin seguro médico. Sí, en la gran potencia mundial, fábrica de sueños y el nuevo mundo, hay casi 50 millones de personas que como (por ejemplo) tengan cáncer, y no suficiente dinero, no van a recibir tratamiento.

¿Es esto lógico?

Lo ilógico, es que cuando alguien por fin decide ponerse manos a la obra con este gran disparate de financiación sanitaria (o mejor dicho "no financiación"), los gritos que se oyen en las calles son del tipo: "¡Asesinos de niños!". "¡Van a matar a los ancianos!". "¡Con todo el dinero que va a costar esa reforma van a pagarle el seguro médico a todos los musulmanes!"

¿Dónde ha quedado lo de la esperanza y el cambio?

Seguramente, los que gritan enfurecidos nunca la desearon, pero al menos se ve luz al final del túnel.
Howard Dean, el ex candidato demócrata a la presidencia se ha convertido en uno de los principales apoyos para Obama en estas cuestiones.

"Éste es un debate sobre el cambio." -dice Dean "Y una cosa que yo, como médico, os puedo contar es que nunca lograremos verdaderos avances si dejamos que el miedo al cambio supere el dolor de quedarnos como estamos".

A veces se nos olvida que no hace falta ser negro y llamarse Barack para hacer apología de un mundo mejor;
sólo nos basta con empeño, una pizca de idealismo y menos miedo a la evolución.