jueves, 5 de agosto de 2010

Una noche cualquiera

Olor a jazmin, a mar, a tierra mojada... según la brisa el perfume que entra por mi ventana cambia y me trae recuerdos diferentes.
Es una noche de verano, cualquiera, única, irrepetible, sencilla. Libro en mano y teclado al tacto me dispongo a releer el Alquimista, pero sólo por encima porque he decidido prestarlo. ¿Os habéis parado a pensar que compartir libros es como guardar secretos? Estrechar vínculos, ampliar miras, o simplemente acercar dos visiones de la vida.
Cuántas verdades se esconden en un trozo de papel... en un mísero folio, detrás de cientos de letras...
Y de nuevo los grillos que adornan con sus sonidos la noche. Una noche cualquiera, única de verano.

2 comentarios:

Expediente X dijo...

Una noche de verano,
cálida en la mayoría de los casos,
con suerte corre aire fresco del norte,
pensando en que libro leer,
siempre pienso en el Alquimista,
está en mi lista pendiente de cosas por hacer,
hay tantas...
me centraré en alguna,
sueño y espero que así sea,
una noche de verano.

Bernabé dijo...

Sí, me paré a pensarlo hace tiempo, y me pregunto que habrá sido de aquella lectura que te recomendé una noche de verano, a ver si recuerdas el nombre.

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