jueves, 9 de abril de 2009

Mi derecho

Acabo de encontrar una gran frase de Aristóteles que aliña mi argumentación contraria a las afirmaciones categóricas:

"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona"

Es impresionante la poca gente que existe que frente a una pregunta compleja se toma un tiempo para la respuesta o te contesta "déjame pensar...".
La mala creencia de que la seguridad reside en la rapidez de las contestaciones está haciendo demasiado daño al mundo.

Quizás el problema sea que no debatimos con las personas adecuadas, o que las personas adecuadas para debatir son difíciles de hallar.

"¿Existe cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?" -dijo una vez Cicerón

No sé si existirá algo más grande, pero encontrar a alguien con quien puedas expresar las ideas sin colorante ni edulcorante ni antioxidante resulta casi insólito. Porque, si no hablas con las personas adecuadas, o no eliges bien las palabras puedes acabar encontrándote a ti mismo buscando un teléfono para volver a Matrix...

Me dicen que últimamente soy más critica con el mundo, aunque yo no estoy de acuerdo. Creo que siempre he sido crítica con el mundo, a pesar de que mi idea optimista de éste muchos la encuentren reñida con la visión real y crítica del mismo. Aún así, en todo caso no sería con el mundo, sino con la humanidad.

"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro." -afirmó Einstein en su día

Pero es que ser humano no es nada fácil. Tenemos una eterna lucha interna entre instintos y razones, entre creencias y realidades, y entre ideas y verdades.
Convivimos con el desconocimiento sobre detalles fundamentales de nuestra existencia mientras a su vez avanzamos en busca de unas razones y unas respuestas a unas preguntas que sabemos que jamás tendrán respuesta.
Debemos renunciar al bien individual por el bien global, aún cuando nadie a nuestro alrededor lo haga.
Inventamos compulsivamente artefactos para contentarnos cuando no sabemos ni lo que nos hace felices.
Tratamos de no naufragar en el naufragio de la vida viendo como nuestra flota la lleva gente que jamás nos conducirá a buen puerto.
Y cuando intentamos sobrevivir con nuestros propios ideales, refugiándonos en los sueños que nos hacen brillar con luz propia, alguien nos señala y acusa de que vivimos en una constante irrealidad.

Y aún a riesgo de que 10 manos me señalen, yo seguiré creyendo en esa irrealidad inspirada en la libertad, que para mi, es todo un derecho.

"La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho" -Víctor Hugo

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