domingo, 20 de diciembre de 2009

Agresiones


No seré yo la que defienda políticamente a un hombre cuya ideología difiere profundamente de la mía.
Que censura sus propios actos a sabiendas de lo políticamente incorrectos que son, que carga "discretamente" contra gitanos, y en general con cualquiera que discrepe de su pensamiento...

Pero mucho menos seré yo la que defienda la violencia como medio, protesta o fin.
Me parece inaceptable, primitiva, ridícula e inmoral.

Y todos aquellos que toleren lo más mínimo algo así, son iguales de ridículos que el pensamiento de este hombre o las hazañas de aquel perturbado.

1 comentarios:

Enrique GB dijo...

Cuando dices perturbado te refieres al de la foto no?

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